domingo, 15 de junio de 2008

PM La Salle 007 - Las imágenes y las metáforas en la dirección de proyectos

Hola a todos,

Ordenando los directorios de mi ordenador he encontrado los apuntes del primer curso de Dirección de proyectos que impartí hace ya doce años.

Viendo las transparencias me he detenido en una de ellas en la que, al lado de la descripción del papel del Project Manager, hay una foto de un director de orquesta. En aquellos momentos, la imagen de una persona que, erguida y firme delante de los músicos, marcaba el ritmo y mostraba autoridad me parecía que trasmitía adecuadamente lo que tenía que ser un Project Manager.
Dejando a un lado que si hoy tuviera que volver a elegir una imagen elegiría la de una banda de jazz tocando, me llama la atención la fuerza de la imagen para comunicar una idea y transmitir conocimiento.

Me han empezado a venir a la cabeza diferentes imágenes, cuentos y metáforas utilizadas en management en estos últimos años que hablan de ratones y queso, de pescado, de espantapájaros o de ángeles.

Pienso en las que, de forma más o menos acertadas, se han utilizado en dirección de proyectos y su utilidad. Os expongo algunas a continuación:

  • La colaboración entre departamentos en un proyecto como una carrera de relevos o como una mele de rugby
  • La historia de la construcción de la torre de Babel para problemas de comunicación
  • La imagen de una alta montaña donde la dirección está en la cumbre y los Project managers y los equipos de trabajo están en las laderas y en medio de ambos grupos una espesa niebla
  • El síndrome de la rana hervida para la gestión de riesgos, utilizada hace poco en la película de Al Gore (An Inconvenient Truth)

Mi preferido es el cuento indio de los seis ciegos y que intentan imaginarse como es un elefante (texto integro en http://www.casaasia.es/GestorPeticiones?aplicacion=infantil&origen=cuentos&destino=ficha_cuentos&codigo=2 ) aplicable a los stakeholders de un proyecto.


Los seis sabios ciegos estaban llenos de alegría, y se felicitaban unos a otros por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema y decidir cuál era la verdadera forma del animal.
El primero de todos, el más decidido, se abalanzó sobre el elefante preso de una gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron que su pie tropezara con una rama en el suelo y chocara de frente con el costado del animal.
-¡Oh, hermanos míos! ?exclamó- yo os digo que el elefante es exactamente como una pared de barro secada al sol.


Llegó el turno del segundo de los ciegos, que avanzó con más precaución, con las manos extendidas ante él, para no asustarlo. En esta posición en seguida tocó dos objetos muy largos y puntiagudos, que se curvaban por encima de su cabeza. Eran los colmillos del elefante.
-¡Oh, hermanos míos! ¡Yo os digo que la forma de este animal es exactamente como la de una lanza...sin duda, ésta es!


El resto de los sabios no podían evitar burlarse en voz baja, ya que ninguno se acababa de creer los que los otros decían. El tercer ciego empezó a acercarse al elefante por delante, para tocarlo cuidadosamente. El animal ya algo curioso, se giró hacía él y le envolvió la cintura con su trompa. El ciego agarró la trompa del animal y la resiguió de arriba a abajo notando su forma alargada y estrecha, y cómo se movía a voluntad.
-Escuchad queridos hermanos, este elefante es más bien como...como una larga serpiente.


Los demás sabios disentían en silencio, ya que en nada se parecía a la forma que ellos habían podido tocar. Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos que le molestaban. El sabio prendió la cola y la resiguió de arriba abajo con las manos, notando cada una de las arrugas y los pelos que la cubrían. El sabio no tuvo dudas y exclamó:
-¡Ya lo tengo! ? dijo el sabio lleno de alegría- Yo os diré cual es la verdadera forma del elefante. Sin duda es igual a una vieja cuerda.


El quinto de los sabios tomó el relevo y se acercó al elefante pendiente de oír cualquiera de sus movimientos. Al alzar su mano para buscarlo, sus dedos resiguieron la oreja del animal y dándose la vuelta, el quinto sabio gritó a los demás:
-Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano ? y cedió su turno al último de los sabios para que lo comprobara por sí mismo.


El sexto sabio era el más viejo de todos, y cuando se encaminó hacia el animal, lo hizo con lentitud, apoyando el peso de su cuerpo sobre un viejo bastón de madera. De tan doblado que estaba por la edad, el sexto ciego pasó por debajo de la barriga del elefante y al buscarlo, agarró con fuerza su gruesa pata.
-¡Hermanos! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera.


Ahora todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera del elefante, y creían que los demás estaban equivocados. Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa.


Sin duda que utilizar imágenes y metáforas durante el proyecto nos ayuda a trasmitir ideas y, porque no, crear nuevas nos puede ayudar a trasmitir lecciones aprendidas.



Espero vuestros comentarios, y vuestras imagenes, metaforas y cuentos.

Albert Cubeles

1 comentario:

Daniel Hersan dijo...

Hola a todos, antes de nada, Albert te felicito por el blog, soy asiduo aunque no haya escrito aún nada.
Como el tema de los cuentos para ilustrar enseñanzas me gusta voy a poner uno que en su día me impacto...

EL PAÍS DE LAS CUCHARAS LARGAS
"Este pequeño país consta sólo de dos habitaciones llamadas NEGRA y BLANCA. Para recorrerlo, debe avanzar por el pasillo hasta que este se divide y doblar a la derecha si quiere visitar la habitación NEGRA, o a la izquierda si lo que quiere es visitar la habitación BLANCA."
El hombre avanzó por el pasillo y el azar lo hizo doblar primero a la derecha. Un nuevo corredor de unos cincuenta metros terminaba en una puerta enorme. Desde los primeros pasos por el pasillo, empezó a escuchar los "ayer" y quejidos que venían de la habitación negra.
Por un momento las exclamaciones de dolor y sufrimiento lo hicieron dudar, pero siguió adelante. Llegó a la puerta, la abrió y entró.
Sentados alrededor de una mesa enorme, había cientos de personas. En el centro de la mesa estaban los manjares más exquisitos que cualquiera podría imaginar y aunque todos tenían una cuchara con la cual alcanzaban el plato central... se estaban muriendo de hambre. El motivo era que las cucharas tenían el doble del largo de su brazo y estaban fijadas a sus manos. De ese modo todos podían servirse, pero nadie podía llevarse el alimento a la boca.
La situación era tan desesperante y los gritos tan desgarradores, que el hombre dio media vuelta y salió casi huyendo del salón.
Volvió al hall central y tomó el pasillo de la izquierda, que iba hacia la habitación blanca. Un corredor igual al otro terminaba en una puerta similar. La única diferencia era que, en el camino, no había quejidos, ni lamentos. Al llegar a la puerta, el explorador giró el pica porte y entró en el cuarto.
Cientos de personas estaban también sentados en una mesa igual a la de la habitación negra. También en el centro había manjares exquisitos. También cada persona tenía una larga cuchara fijada a su mano...
Pero nadie se quejaba ni lamentaba. Nadie estaba muriendo de hambre, porque todos... se daban de comer unos a otros!!!


La colaboración es VITAL tanto en la GESTION DE PROYECTOS como en la VIDA...

Daniel HerSan